El ministro de in-cultura, cuyo nombre es un trabalenguas para quien no esté estreñido, ha chapoteado en el fango, con mentiras y falsedades, acerca de la Tauromaquia, suprimiendo, sectaria y dictatorialmente el Premio Nacional del sector. Lo hace desde su atalaya ministerial, como podría haberlo hecho en el Palacio del Pardo recordando viejos tiempos. Antes había dejado sin candidato taurino a la Medalla de las Bellas Artes.

Todo lo sustenta en el maltrato animal del que la ley exime al toro de lidia. Bulo. Y miente al declarar que La Tauromaquia está en decadencia y que tiene el rechazo de una mayoría social. Falso de toda falsedad que, haciéndolo a sabiendas, supone malversación del discurso y se acerca a la prevaricación. Grave. Y si lo ignora, peor, por indigente moral y cultural. El ministro de cuota de Sumar (coalición de unos 15 micro partidos todos ellos con el ADN del caducado comunismo: Lenin, Stalin… grandes matadores, no de toros, sino de humanos. Ahora Putin).

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Y de Sevilla a Madrid, San Isidro. Una cartelería muy fuerte que ha hecho subir el abono a cifras insospechadas y buen ritmo de la venta de entradas sueltas que barrunta varios llenos, superando los dos dígitos, pese a que hay overbooking de confirmaciones, de toreros jóvenes emparedados con figuras, pero que quita redondez, remate, a esos carteles. Una prueba de fuego esos carteles para las figuras. Los de Roca Rey ya han agotado el papel ¿lo harán los demás?.

Las expectativa son altas por ver y escrutar el momento de Morante, Manzanares, Talavante, que, por fas o nefas, no han brillado con luz propia en Sevilla. Y ratificar que los Perera, Castellá, Ureña, Borja Jiménez, De Justo están el momento de asaltar el poder, pese a la esclerotis empresarial.

De Sevilla salen al alza toreros no estimados en Madrid como El Cid y Esaú, y no bien tratado Escribano (a una, la de Adolfo), contrastando con otros toreros anunciados que, siendo generosos, son una incógnita.

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Lo acuñó el maestro Antonio Ordóñez: “los del valor a mandar y los del arte a acompañar”. Y, el maestro Palomo Linares decía “figura del toreo es el que manda, lo demás son toreros de feria”. Y Roca Rey manda en el toreo, casi desde que tomó la alternativa. O sin casi.

Mandar, por encima de todo, es “acabar el papel desde el momento en que las empresas lo anuncian. Recientemente, Roca Rey, Lo hizo en Valencia por Fallas, en Sevilla, y el domingo puso una pica , no en Flandes, sino en la muy difícil de llenar Zaragoza, sobremanera por San Jorge, donde otra tarde más salió en hombros, al igual que en Valencia donde fue proclamado triunfador y autor de la mejor faena.

El llenar las plazas, sin ser, ya, una novedad (va para 10 años de alternativa) será por algo, salvo que los inquisidores del “pero” estén convencidos que el público en general es imbécil.

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" He toreado cuando me lo he ganado en Sevilla; nos ha dicho Ramón Valencia que contemos con la corrida"

Perera y Luque no están anunciados en Jerez, Córdoba, Granada, Zaragoza, Nimes... A Madrid van dos tardes, más o menos bien. Escribano mata, únicamente, la de Adolfo … y gracias, tras quedarse fuera el año pasado sin tener en cuenta sus gestas anteriores en Las Ventas y en todas las plazas donde le contrataron.

David de Miranda salió en hombros el día de su confirmación en Las Ventas y, luego, tras una tarde sin suerte, si te he visto, no me acuerdo.

Son toreros que los aficionados esperamos como agua de mayo volverlos a ver, no por confiar en el sistema ni los cambalaches sino por confiar en ellos, que han demostrado que, tras muchos años de alternativa, ellos sí creen en ellos, con afición y torería no se resignan a los despropósitos de los designios empresariales e inasequibles al desaliento se mantiene en la lucha con su fe. Y es que la fe mueve montañas.

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Y ahí estuvo Juan Pedro García “Calerito” para hacerse presente, desde el quite a Ruiz Muñoz, y reivindicarse, en sus dos toros.

Técnica, gusto, maneras, cabeza, conexión con el público y más que oficio (llegaba con tres corridas toreadas, casi un año sin vestirse de torero) fe. Fe en él, quiere y puede ser torero. Y en la Maestranza lo demostró pese a su cortísimo bagaje.

Incluso le dio un plus de motivación a Lama de Góngora, quien ya, en el que abría plaza, demostró que es torero posible y lo rubricó con la oreja cortada al cuarto.

Otro torero con fe en si mismo que, inasequible al desaliento, a sus 9 años de una alternativa de lujo (Ponce y Manzanares), ha tenido que penar por cosos de polvareda de Perú y México. Una experiencia que le ha da sitio y orgullo torero para no dejarse ganar la partida y llegar con la postura que lo hizo en el coso del Baratillo.

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Al “bolón” de la Feria de Fallas con 90.000 que pasaron por el coso de la calle Játiva en el primer ciclo de plaza de 1ª se unen los casi 15.000 espectadores que abrieron temporada en Las Ventas con un honesto cartel, le precedieron, con gran afluencia de público, Castellón, Olivenza y Valdemorillo.

Las perspectivas de las próximas grandes ferias como Sevilla y  Madrid (17.000 abonados), barruntado, en ambas, varios llenos de “no hay billetes” y lo registrado en este fin de semana es un canto al optimismo.

Quizá ese ambiente de euforia haya sido la causa de la “indultitis”: 2 toros (Las Rozas y Almendralejo) y un novillo en La Línea. Todos en plaza de 3ª categoría.

Esta desmesura, como toda inflación, devalúa el indulto.

Es el caso del toro “Leguleyo” de Jandilla en Fallas, al que no se le concedió el indulto. por aquello que no se le vio en el caballo

Ni la “indultitis” ni la corrida que se acaba tras el primer tercio. Como ayer, la de Cuadri, en las Ventas.

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¿Qué tuvo “Leguleyo” para que se le pidiera el indulto? Por fuera, hechuras, trapío para cualquier plaza de primera y, en definitiva, una seriedad de conjunto. Por dentro, bravo hasta la muerte.

Conjugaba acometida, agresividad, que destilaba nobleza cuando se le hacían las cosas bien. Entrega, humillación, fijeza, pero sin perdonar, ni regalar, nada. Muy exigente, pero no intransigente; transmitiendo una emoción desbordante, siempre a más. Fondo y duración. Ni un atisbo de rajarse.

Los eruditos constatan que no se le vio en el caballo por el deseo del matador de dejarlo crudo, pues en el capote el animal ya mostraba ser “de cortijo”.

Y dos particularidades. Una ¿le hubiera servido al ganadero, no para ponerse una medalla, sino para procrear y optimizar el futuro de la, ya prestigiosa, ganadería e ir a más en la conservación del patrimonio genético de la dehesa de bravo, en particular, y de la Tauromaquia en general? Rotundamente, sí. Borja Domecq lo tenía claro.

Dos. En los momentos actuales que atraviesa la Tauromaquia, con los ataques indiscriminados, e ignorantes, de los movimientos animalistas, hubiera sido un refutar que esta Fiesta no es sanguinaria, y que no se maltrata al toro. Antes bien, cuando un animal, destinado a la muerte, se ha ganado la vida, hubiera sido el mayor signo de respeto y amor por ellos. Una oportunidad perdida.

y ahora vayan ustedes a decirles a los antitaurinos que no se le vio en el caballo.

Posiblemente tengamos lo que nos merecemos.

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" No me pesó torear en Valencia, no todos los días estás en plazas y enferias así"

Todo a pedir de boca, con una muy buena entrada con el pero de tarde ventosa y poco agradable. Y, en después, gran principio; sangre sudor y lágrimas, más tarde, para volver, al final, a disfrutar de una salida en hombros. ¿Misión cumplida? Puede, tal y como se desarrollaron los acontecimientos.

Una faena prometedora al noble, sin fondo, ejemplar de Parralejo, que olía a oreja, pese a la frialdad de romper plaza y un pinchazo con la tizona. Pronto surgiría el Román cuajado y capaz en un toro exigente de Fuente Ymbro, el 2º. El Román de superar dificultades a base de oficio y entrega. Y cayó la primera oreja y el horizonte triunfal, a las segundas de cambio, se abría.

Pero, como el hombre propone, Dios dispone y el toro lo descompone, el nudo gordiano de la tarde fue una mezcla de desesperación e impotente frustración ante el juego de un mulo 3º de Pedraza, una alimaña de Victorino y un cobardica de Domingo Hernández refugiado, continuamente, en tablas.

Desenlace. - La tarde se había venido abajo, pero, la suerte, quiso que se rechazara un toro de García Hermanos y entrara uno de Algarra. Lucido ejemplar que, tras la amnesia producida por la voltereta, le devolvió la ilusión de cerrar tarde con otro triunfo, como en el segundo: cortar la oreja y volver a sentir el calor de su público que se lo llevaba en volandas por su puerta grande.

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